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Una experiencia de migración: mi caso venezolano

Actualizado: 20 abr 2020

Por: Ricardo Andrés Sánchez (7ºA)





Actualmente, y desde hace muchos años, los venezolanos estamos en una situación muy complicada a nivel político, social y económico. Por eso, un gran número de personas hemos tenido que abandonar nuestro país por diversos motivos y en condiciones diferentes. Por ejemplo, algunos tienen que salir por la frontera colombo-venezolana sin documentos legales o huyendo con poco equipaje, buscando oportunidades para mejorar su calidad de vida. Hay otros, como mi familia, que salen del país con un trabajo y con documentos legales.


En nuestro caso, salimos de Venezuela un 29 de julio de 2011. Mis padres decidieron emprender una nueva aventura: venirnos a Medellín por el trabajo que le ofrecieron. Aunque hemos tenido días buenos y otros no tan buenos, siempre estaré eternamente agradecido con este país, que nos abrió las puertas y nos ha brindado grandes oportunidades, como conseguir buenos amigos, un gran colegio y una excelente calidad de vida.


Un momento triste para mí y para mi familia fue la muerte de mi abuela en el 2018, quien era una de las personas más importantes de mi vida. Comento esto porque en otras circunstancias hubiésemos podido superar estos momentos difíciles, que son parte de la vida, junto con el resto de la familia (tíos, primos, abuelos) pero por estar viviendo en Colombia y por la situación en Venezuela, fue muy complicado para el resto de nuestros familiares acompañarnos físicamente. Una de las situaciones más difíciles que he tenido que afrontar en los últimos ocho años y medio es que no puedo ver muy seguido a mi familia, porque muchos están regados por el mundo y otros siguen en mi país. Sin embargo, con la ayuda de todos los grandes amigos que nos rodean, pudimos superar ese mal momento.

Es importante comentar que nunca he recibido insultos sobre mi acento venezolano. En ocasiones me dicen que se nota, pero yo sé que mis amigos lo hacen jugando. También algunos comentan que la comida venezolana que llevo al Colegio (como arepas, empanadas, cachapas, etc.) es la más deliciosa que han probado y en eso sí estoy muy de acuerdo con ellos.


Adicionalmente, me siento muy apoyado por todas las personas que me rodean; ya que siempre me están alentando, dándome esperanza de que en un futuro muy cercano vamos a salir de esa dictadura y Venezuela va a mejorar, y eso, sin duda, me reconforta mucho.

No podría despedirme sin hacer una mención especial al Colegio Cumbres, que ha sido una pieza fundamental en mi crecimiento como estudiante y como ser humano, y por el cariño y afecto que han tenido conmigo, con mi hermana Isabella y con toda mi familia. Sin duda, estos años vividos en el Colegio me han traído momentos especiales, como mi graduación de preescolar y de primaria, la Primera Comunión, la elección como Representante Estudiantil de la Primaria, el viaje al Eje Cafetero y, lo más importante, todo lo que me han enseñado mis amigos, los profesores y el personal directivo.


Aunque no es fácil vivir en un país que no es el tuyo, en especial viniendo de Venezuela, siempre me he sentido como si estuviera en mi propia nación, como si fuera un colombiano más, y doy fe que mis papás no pudieron escoger una mejor ciudad que Medellín para vivir. Siempre estaré agradecido con Dios por darme la oportunidad de estar acá, de pertenecer al Colegio Cumbres, de tener tantos amigos que están presentes en las buenas y en las malas, y de poder disfrutar de una gran calidad de vida.

Solo me queda decir mil gracias a los colombianos por ser tan buenas personas y abrirnos las puertas (a mi familia y a todos los venezolanos que hemos tenido que salir) y que, a pesar de ser miles los que llegamos, nos siguen recibiendo con mucho amor y cariño.

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